lunes, 28 de octubre de 2019

Placer

El placer depende del otro. Si amas a una mujer, si ése es tu placer, esa mujer se convierte en tu dueña. Si amas a un hombre, si ése es tu placer y te sientes desgraciada y desesperada sin él, has creado tu propia esclavitud.
Has creado una prisión; ya no eres libre.

Si vas en pos del dinero y del poder, dependerás del dinero y del poder. Quien se dedica a acumular dinero, si su placer consiste en tener cada día más dinero, será cada día más desgraciado, porque cuanto más tiene, más quiere, y cuanto más tiene, más miedo tiene de perderlo.
Es una espada de doble filo: querer más es el primer filo de la espada. Cuanto más exiges, cuanto más deseas, cuanto más sientes que te falta algo, más vacío y hueco te sientes.
Y el otro filo de la espada es que cuanto más tienes, más temes que te lo quiten.
Te lo pueden robar.El banco puede ir a la bancarrota, puede cambiar la situación política del país, hacerse comunista… Hay mil cosas de las que depende tu dinero.Tu dinero no te hace amo, sino esclavo.
El placer es algo periférico; por consiguiente, te hará depender de las circunstancias externas. Y es simple excitación. Si la comida es un placer, ¿de qué se disfruta realmente? Sólo del gusto… y eso durante unos momentos, cuando la comida llega a las papilas gustativas y notas una sensación que interpretas como placer.
Es una interpretación tuya.
Hoy puede parecerte un placer y mañana no.
Si sigues comiendo la misma cantidad todos los días, las papilas gustativas dejarán de responder a la comida, y dentro de poco estarás harto.Así es como nos hartamos de las cosas: un día corres tras un hombre o una mujer y al día siguiente intentas encontrar excusas para librarte de esa persona. Es la misma persona; nada ha cambiado.
¿Qué ha pasado entretanto? Te has aburrido del otro, porque el placer consistía en explorar lo nuevo. Resulta que el otro ya no es nuevo; ya te has familiarizado con su territorio. Te has familiarizado con el cuerpo del otro, con las curvas de su cuerpo, con la sensación que te produce su cuerpo.
Y la mente ansia algo nuevo.
Fuente
Osho, alegría

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